DESDE EL CIELO TE VOY A ALENTAR...

En una semána muy especial para el Uruguay, donde un grande de la lírica, ícono representativo a nivel mundial del arte celeste donde fuere que se hablase de letristas de este pequeño país, hincha del club que lleva los colores que eligió Artigas; y que se fué en el día que se rememora a aquellos luchadores orientales de 1811 comenzaban a forjar el camino revolucionario que determinaría el comienzo de lo que años después se llamaría Uruguay...

Pero desde ayer, no solo se recordará eso, sinó que tambien, además de esos luchadores, también se hará un punto y aparte para recordar otro, más contemporaneo, que perteneció a la llamada ` generación del `45 ´y que, desde el poder de su pluma y su mente, fue capaz de con sus letras `pintar nuestra decadencia, nuestra idiosincrasia´ según declarara José "Pepe" Mujica ayer en su sepelio en el salón de pasos perdidos del Palacio Legislativo... Desde esta mañana su cuerpo descansa en el Cementerio Central, su alma vive en cada uno de sus poemas, en cada uno de sus lectores... Y es que el domingo, luego de un cese de un par de dias en las lluvias acaecidas durante la semana, volvió a darse, será que los angeles realmente lloran...

Su vida transcurrió siempre en tres colores, tricolor en el fútbol y en ideología, peleó mucho contra los dicadores que por el `70 controlaron las riendas de estos lugares...

"Por eso reserva un sonido y una pasión que todavía no acomodó en ningún texto para una palabra que le bordea el corazón desde la infancia: la palabra Nacional. Nacional es su club y no sólo eso. Además funcionó como el lazo inicial y potente que lo ligó al fútbol para siempre.Nacional, dice Benedetti con el aire corto que distingue su respiración de asmático y también con el eco dulce que no se escucha pero se lee en todos sus libros. De niño era hincha de Nacional y lo sigo siendo. `Es que los jugadores cambian de cuadro, pero los hinchas no´, dice Mario. "

Les recomiendo la nota completa, del diario Clarin argentino, hace varios años publicada: http://www.clarin.com/diario/1998/04/30/r-02401d.htm