lunes, 12 de noviembre de 2007

Anecdotas del "chango" Pintos Saldanha



En un reportaje que le hicieron despues de un partido, que el Chango habia pedido el cambio por un desgarro en el aductor, ante la pregunta "¿Porque pediste el cambio Chango?" a lo que sencillamente respondio "Sentí un pinchazo en un huevo, y prefiero no arriesgar"....


“El Chango” es más conocido por sus anécdotas en el fútbol que por su carrera internacional. Una de las más notables se dio ahí en Wembley en 1990, en ocasión de un amistoso con la selección inglesa, preparatorio para el mundial de Italia.
Cuando Uruguay fue a reconocer el campo, Pintos Saldanha no paraba de repetir una y otra vez: “qué lo parió… parece una alfombra esto… es notable.. yo no me puedo quedar sin jugar en esta cancha”. El día del partido lamentablemente Pintos comió banco, pero esto no calmó su ansiedad por dejar sus tapones estampados en esa alfombra, y así fue que en una jugada en la que el lateral derecho José Herrera fue a sacar un outball cerca del banco de suplentes celeste, al preguntar cuanto faltaba, el técnico Tabarez no lo escuchó ya que estaba dándole instrucciones a otro jugador. Al percatarse el entrenador de que el jugador le había hablado y no lo había escuchado, le pregunto al “el Chango”: “¿que dijo?”, a lo que el jugador respondió: “pidió el cambio…dice que está cansado..”, cuando el técnico se disponía a hacer el cambio y Saldanha pensaba que su sueño se iba a concretar, le avisaron a Tabarez que era una broma del jugador. Cerca estuvo de poder concretar su sueño.

No sabés lo que me pasó. Un día estaba arriba de una escalera pintando, me dormí y cuando me desperté estaba en el hospital todo enyesado”. La historia pinta de cuerpo y alma a José Luis Pintos Saldaña, un personaje del fútbol –y uno de los jugadores más queridos por la hinchada de Nacional– que desde hace unos años se gana la vida en Estados Unidos.

“Me vine en el año 2000. Resulta que de un matrimonio tuve un hijo que empezó a pedir que me fuera y me vine con la madre. Y acá la peleo, no queda otra”.

El Chango empezó a trabajar como pintor. “En Florida conocí a unos jordanos que tenían una empresa aquí, y cuando me vine me pusieron de encargado, pero como había poco trabajo cambié”.

Antes del cambio se produjo un accidente que lo tuvo como protagonista. “Me caía de una escalera desde 10 metros, ocho pies como le dicen acá. Me desperté en el hospital con fracturas de costillas. Y hace poco tuve un accidente de tránsito y estuve dos semanas quebrado”.

Pese a las vueltas de la vida el Chango no cambió su singular modo de ver la vida y cuenta: “Pensar que Masnik me decía que pintaba lindo... ¡terrible pintor salí!”.

En una oportunidad en Nacional pagaron con cheque y quedaban escasos minutos para que cerrara el banco. El Chango iba en su vehículo con Héctor Morán. “Me acordé que tenía una sirena en el auto y entonces le dije al Héctor: ‘tirate ahí atrás y hacete el desmayado que nos abren el paso y llegamos en hora a cobrar el cheque´. Antes de las cinco de la tarde estábamos en el banco”.

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